Escapada en pareja al archipiélago de Thau

Pasando de los atascos y el mal tiempo, este fin de semana nos escapamos los dos para una escapada romántica en Sète: ¡la pequeña Venecia del sur!

  •  - © Olivier Octobre
Tan pronto como dejamos nuestro equipaje en el hotel, nos dirigimos a uno de los barrios tipicos de Sète: la pointe courte. En este barrio de pescadores, casi aislado del mundo y bordeado por la laguna, uno se siente transportado a otro mundo. Atrás quedan las pálidas luces de la oficina para recibir los cálidos rayos del sol y la brisa marina, que acaricia nuestros rostros. Toda una delicia…
 
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A continuación, nos dirigimos al monte Saint-Clair para disfrutar de la vista panorámica de Sète, su puerto y su laguna. ¡Es la ocasión de hacernos un selfie, para compartir este momento con nuestros amigos!
 
Después de comer en una terraza de la ciudad degustando las especialidades locales, nos damos un paseo por los museos de la ciudad. Elegimos dos o tres establecimientos. ¡Para ver los demás, tendremos que planificar otro fin de semana! Entre nuestras opciones está el Espace Georges Brassens: ¡un lugar de visita ineludible para todo admirador del gran Georges que se respete!
 
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¡El segundo día, el sol brilla con todo su esplendor y lo aprovechamos al máximo! Un amigo nos habló de una pequeña cala al abrigo de las miradas y descubrimos que no nos había mentido: el paisaje es idílico… ¡Aguas turquesas y arena fina, todo lo que se necesita para relajarse!
 
Y, para terminar este pequeño paréntesis en Sète, ¿qué mejor que un pequeño paseo en barco? Sète, con sus canales y su puerto: ¡qué ganas tenemos de quedarnos aquí!
 
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